A | 💄 | NEOLOGISMO PARA DENOMINAR A QUIENES PROPUGNAN LA ABOLICIÓN DE LA P.


💄 PISTAS

1. Antiderechos.
2. Putafobia.
3. Feminismo institucionalizado.



RECORTE

Nosotras y las otras.
Atención, porque hay que hacer un anuncio: el feminismo abolicionista español se acaba de pasar al bando de los antiderechos. Hablamos de oponerse a la libre sindicalización, algo que está indicado en la Declaración Universal de los derechos humanos desde 1948.
Gabriela Wiener | El Diario, 2018-11-14
https://www.eldiario.es/zonacritica/Nosotras_y_las_otras_6_835776445.html

Un fantasma recorre el movimiento feminista, el fantasma de la puta. Si hay algo que nos parte en dos esa es la puta. Ahora el gran peligro es que la puta demandante de derechos termine de facto legalizando la p. en España. Sería el acabose. Tremendo peligro. Porque todo el mundo sabe que la p. en España es ilegal como las drogas. Así que no hay nada que abolir por ahora. Bueno, sí, eureka, un sindicato de personas que se consideran trabajadoras y sujetos políticos. Esa es la gran idea que han tenido el feminismo del PSOE, la Fiscalía y las tres mil firmantes del manifiesto por la ilegalización del sindicato Otras. Atención, porque hay que hacer un anuncio: el feminismo abolicionista español se acaba de pasar al bando de los antiderechos. Hablamos de oponerse a la libre sindicalización, algo que está indicado en la Declaración Universal de los derechos humanos desde 1948 nada más, y que se consiguió con sangre, sudor y lágrimas de trabajadores y trabajadoras explotadas y esclavizadas. Se fueron al pedo las feministas ‘abolas’, se desmadraron, se les fue la olla, se fueron a la re-mierda.

Digamos que no son abolicionistas, sino solo malas compañeras. Caída la careta ya no tienen que fingir que les importan las putas. No les importan una mierda las putas como no acepten abandonar su medio de vida y dejarse tutelar por la ONG ‘abola’ de turno. Será por eso que poco o nada ha cambiado para las p. en tantos años de feminismo abolicionista y hegemónico. ¡Y así les parece raro que quieran organizarse! Se les pide que sigan como hasta ahora, que se queden calladitas, les perdonan la vida cada vez que les aconsejan que se asocien en las sombras, que sigan simulando ante la ley que trabajan en otra cosa y así se las condena por más siglos a la clandestinidad. De paso invisibilizan a todo el resto de trabajadores s. Y lanzan su putofobia desde sus puestazos, desde sus salarios, desde sus derechos ganados, desde su legalidad europea. ¿Y tú qué tal? ¿Qué tal si pedimos lo mismo para ti? ¿Qué tal si tu trabajo a mí me parece peligroso, que perpetúa el paternalismo, o sea el machismo, y la violencia, o sea el silenciamiento y la invisibilización de muchas? ¿Propongo abolirte? ¿Por qué no abolimos mejor el matrimonio, la iglesia o la policía, como proponía Angela Davis el otro día, opresión con fachada de legalidad?

Acaso les escuece que quieran conseguir algunos derechos para la vida, por ejemplo el derecho a llamarse trabajadoras, porque eso contradice la tesis abolicionista de que la p. es violación, es decir, todas estas inconscientes mujeres, todas, las de la trata y las que no están en la trata, las autónomas, las autogestionadas y las dependientes, las pobres y las de lujo, están siendo todas violadas sin darse cuenta y deben correr a los brazos de mamá ‘abola’ y blanca y asistencialista. No veo ninguna diferencia con la misoginia de toda la vida. Tampoco se organizan en realidad, son los lobbys puteros los organizados. Siempre hay alguien detrás moviendo los hilos de la puta, la puta no piensa con la cabeza porque tiene el coño ocupado. A Otras le llaman sindicato proxeneta. Para las ‘abolas’ las putas que trabajan en España y levantan la voz son todas proxenetas. Mira, me pongo más negra de lo que soy. Me pongo más puta de lo que soy. Y me pongo más putera de lo que soy. Y soy putera porque le voy a las putas, le voy a sus deseos, a sus problemáticas y a su urgencia de derechos.

LECTURAS

Participar como trabajadora s. en el 8M: “Sentí el peso del estigma”.
“Había miradas, algunas de desprecio. Escuché risas y comentarios de mujeres y hombres”. “No sentí que fuera un espacio seguro”. Varias trabajadoras s. cuentan sus experiencias en la manifestación de la huelga feminista en Madrid.
El Salto, 2019-03-20
https://www.elsaltodiario.com/opinion/participar-como-trabajadora-sexual-en-el-8m

“Si soy abolicionista lo soy con todas las formas de explotación del trabajo humano”.
La filósofa y escritora feminista Silvia Federici habla sobre vientres de alquiler, capitalismo y violencia contra las mujeres.
Alba Moraleda | El País, 2019-03-20
https://elpais.com/elpais/2019/03/20/mujeres/1553071085_109576.html

Ámsterdam impide visitas turísticas a las p. del Barrio Rojo.
El Ayuntamiento suspende las rutas guiadas por respeto a las mujeres que se muestran en las famosas ventanas.
Isabel Ferrer | El País, 2019-03-20
https://elpais.com/sociedad/2019/03/20/actualidad/1553107259_400570.html

CALENDARIO

  • 3 MARZO / DÍA INTERNACIONAL POR LOS DERECHOS DE LAS TRABAJADORAS S.
  • 17 DICIEMBRE / DÍA INTERNACIONAL CONTRA LAS VIOLENCIAS HACIA LAS TRABAJADORAS DEL S.

MÁS A

A PELO / ABOLICIONISMO / ÁBRETE DE OREJAS / ABYECTO / ACEFOBIA / ACUACIÓN / ALOSEXUAL / AMBIENTE / AMIGOVIE / ANALIDAD / ANARCHIVO / ANCESTRAS / ANDROGINIA / ANTRO / ANOFOBIA / APORAFOBIA / ARCHIVA / ARGOT / ARMARIO / ARMARIOS / ARNY / ASEXUAL / SEXUALIDAD / ATALANTA / AUTOHOMOFOBIA 

LIBRO

Liberad el feminismo / Morgane Merteuil ; traducción de José Miguel Marcén.
Barcelona : Bellaterra, 2017 [04-04].
104 p.
Colección: SGU ; 195.
ISBN 9788472908239 / 13 €

/ ES / FR* / ENS
/ Derechos / Feminismo / Patriarcado / P. / Trabajo s.

En ‘Liberad el feminismo’, Morgane Merteuil, p. por elección y feminista, pone en cuestión la deriva que ha tomado el feminismo en las sociedades occidentales y aboga por un feminismo realista, inclusivo y de alcance mundial. A lo largo de su historia, el movimiento feminista ha contribuido sin duda al reconocimiento de multitud de derechos de los que las mujeres carecían; sin embargo, la corriente actualmente dominante, abolicionista de la p. y penalizadora de los clientes, propugna un modelo de mujer emancipada que choca frontalmente con los deseos y las vivencias de los trabajadores y las trabajadoras del s. Frente a este modelo biempensante y burgués, que considera que hay que ayudar a las p. a liberarse de su sumisión al patriarcado, la autora reivindica un feminismo que acoja la multitud de maneras de ser, de pensar, de actuar y de vivir la sexualidad, un feminismo que se reapropie de ese espacio simbólico de la dominación masculina que es la p. En definitiva, un feminismo liberado de sus propios corsés.

🎲 | ¿QUIERES JUGAR?

🎲 ESCAPE DARK ROOM. Si eres de las que frecuentan el ambiente gay, casi seguro que te habrá pasado alguna vez: entrar en un cuarto...

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